El Gobierno francés reconoce su error
Por fin salió a relucir la verdad sobre la influencia, en España y otros países, de cierto grupo extremista. Francia anuncia un giro completo en su política de derechos humanos respecto a las religiones minoritarias.
Después de años de recibir duras críticas de la comunidad internacional de Derechos Humanos, Francia reconoció el error de la MILS y de sus planes extremistas en la convención anual de la OSCE en Varsovia. |
La autodenominada “Misión Interministerial para la Lucha contra las Sectas”, (MILS), creada bajo el mandato del Primer Ministro Lionel Jospin en 1998, ha sido denunciada repetidamente por parte de las autoridades en derechos humanos por su beligerancia con los grupos minoritarios y aquellos que los apoyan. Estas denuncias se han hecho extensivas al gobierno francés por negarse a reformar su política en este terreno. Las autoridades en derechos humanos acusan a la MILS de haber violado todos los principios democráticos y convenciones sobre derechos humanos, de los que Francia es uno de los países firmantes. Una fuente oficial del gobierno francés ha reconocido que la MILS, siendo un organismo oficial, se ha convertido en una “vergüenza” para el país.
En consecuencia, no fue motivo de sorpresa que el presidente y demagogo de la MILS, Alain Vivien, dimitiese el pasado mes de junio. Desde entonces, los problemas derivados de la MILS han seguido apareciendo ante la opinión pública. Como informaba la revista francesa VSD el pasado mes de agosto, la MILS y la pequeña familia de grupos extremistas relacionados con ella “nunca han tenido que encarar una situación tan explosiva”.
Pero ahora, en un giro que las autoridades francesas afirman que tiene como objeto cambiar el clima de la libertad religiosa en Francia y el resto de Europa, un miembro del gobierno francés ha reconocido públicamente que la MILS ha sido una plaga para Francia, y ha anunciado un cambio en la política del país respecto a las minorías religiosas.
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Respondiendo a las críticas que se hicieron sobre la continua negativa del gobierno francés y de la MILS a cambiar de política, el delegado de Francia hizo oficial la declaración de que la MILS había “generado una falta de entendimiento y había ofrecido una imagen que no se correspondía con la realidad francesa”.
Además, el delegado manifestó que la delegación francesa se ofrecía “como interlocutora ante cualquier organización que desee dialogar con ella sobre estos temas, en un espíritu totalmente abierto”.
El futuro de la MILS es ahora muy incierto. Además de haber sido una fuente de reconocida indignidad para la nación francesa, también ha sido un gasto inútil para los contribuyentes, como revela la serie de documentos recientemente publicados por la edición francesa de Ética y Libertad.
A principios de 2002, la Iglesia de Scientology de París se propuso averiguar qué uso se daba en la MILS al dinero de los contribuyentes, y exigió que se le mostrasen los libros contables de los gastos entre 1998 y 2001.
Tras vencer la resistencia de la MILS a mostrar sus libros de contabilidad, la Iglesia de Scientology obtuvo finalmente 70 páginas de los registros contables de los gastos. Algunas fuentes han especulado que la información resultó ser tan reveladora que la dimisión de Vivien en la época en que se entregaron los papeles, no fue una coincidencia.
En Francia, la publicación de la Iglesia de Scientology, Ethique et Liberté, (izquierda) ha destapado el gasto injustificado de fondos públicos por parte de la MILS y las violaciones de los Derechos Humanos de su líder, Alain Vivien (derecha), quien se vio obligado a dimitir en junio de 2002. |
Entre esos viajes, hubo uno de Vivien y su esposa a China en noviembre de 2000, en el que Vivien fue el único asistente de un gobierno occidental a un simposio sobre “sectas” patrocinado por el gobierno chino. Sólo unas semanas más tarde, el gobierno chino lanzó su asalto más implacable hasta la fecha contra los grupos cristianos, destruyendo más de 1.500 establecimientos religiosos “no autorizados”, a sumar a sus continuos ataques al grupo Falun Gong, lo que arrojó un elevado número de víctimas mortales, según se informó. El gobierno chino ha considerado públicamente a Francia como su “modelo” a seguir por su intolerancia hacia otras religiones, lo que ha sido una fuente de agravio más para los funcionarios franceses.
Los registros contables de la MILS, sin embargo, también demostraron que los miembros de este organismo oficial sentían particular preferencia por los paradisíacos y soleados complejos hoteleros de la Isla Reunión, Nueva Caledonia, y las Antillas. En uno de sus viajes transoceánicos, según se refleja en los documentos, Vivien y otro de los funcionarios de la MILS pasaron una semana en la lujosa ciudad de Cayenne, en la Guayana Francesa, a costa de los contribuyentes franceses.
En total, según los registros contables, los funcionarios de la MILS estuvieron ausentes de la oficina durante 461 días laborables en el año 2000 y 421 días en 2001, lo que supone un coste para los contribuyentes de más de un millón de euros.
Algunos de estos viajes no se reflejaron en los informes anuales de la MILS al Primer Ministro francés. ¿El viaje a Nicosia, (Chipre), de cuatro funcionarios? Desaparecido. ¿Un viaje a Abidjan? Sin constancia.
Tales omisiones no eran, sin embargo, los únicos defectos en los informes de la MILS. Según la revista VSD, un funcionario del Ministerio de Educación Nacional, que dimitió del consejo consultivo de la MILS en 2001, reveló que los informes de la MILS contenían “inexactitudes y afirmaciones engañosas”.
La ironía del asunto es que la MILS había acusado continuamente a grupos religiosos y filosóficos minoritarios de Francia de tener irregularidades contables, defraudar al público, y ser secretos. La MILS no podría haber descrito mejor el funcionamiento de su propia oficina, a la que algunas fuentes auguran una corta vida a partir de ahora.
Aquellos que para sus acciones de intolerancia han encontrado respaldo en la MILS, así como los que han prestado a la MILS ese respaldo, tendrán que caminar en otra dirección. Quizás hacia Oriente, pues el país donde Vivien y la MILS encontraron su apoyo más inquebrantable fue en la China totalitaria
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