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Respuesta a los atentados terroristas

Ayudando donde más se necesita

Las religiones y los grupos de la comunidad trabajan unidos para aliviar el dolor de un país

Ayudando a los servicios de rescate, a las autoridades y a las víctimas de los atentados terroristas


Cientos de Ministros Voluntarios de Scientology ayudaron a rescatar y a aliviar a los trabajadores del lugar del desastre del World Trade Center, en las siguientes semanas del ataque terrorista. Abastecieron comida y provisiones, y también proporcionaron ayudas de Scientology, unos sencillos procedimientos para aliviar el trauma físico y mental.

Los trágicos sucesos que ocurrieron en la ciudad de Nueva York y Washington el 11 de septiembre, provocaron una muestra masiva de condolencia alrededor de todo el mundo.

En España, miles de personas se congregaron en iglesias, plazas y parques, en recuerdo de las víctimas y para expresar su solidaridad con todos los pueblos del mundo libre. Por toda Europa, se pudieron presenciar reacciones similares a las de España: en el Reino Unido, durante el cambio de guardia del Palacio de Buckingham se tocó el himno nacional americano. Doscientos mil alemanes se reunieron ante la Puerta de Brandenburgo, para mostrar su solidaridad y apoyo con los americanos. En Francia, “Le Monde” declaró: “Hoy, todos somos americanos”.

A un lado quedaron las diferencias políticas; la indiferencia pública y diplomática se evaporaron ante la indignación que provocó el atentado y el pesar por las víctimas. Entre los seres humanos fallecidos en la masacre del World Trade Center había empleados de 80 naciones distintas. Tal y como dijo un neoyorquino: “Esto no ha sido un ataque contra Nueva York, o los Estados Unidos. Esto ha sido un atentado contra la humanidad”.

Y la humanidad respondió.

En la Zona Cero

En los Estados Unidos, los medios de información hablan de los actos heroicos de los bomberos, de la policía y de los médicos encargados del servicio de urgencias. Estas acciones quedarán como un monumento a la valentía y al sacrificio para los años venideros.

Y detrás de esos héroes, les siguieron la Cruz Roja, el Ejercito de Salvación y montones de grupos y organizaciones de todo tipo, incluyendo cientos de Ministros Voluntarios de Scientology –un cuerpo de voluntarios de todo el mundo que se especializa en proporcionar ayuda espiritual, en situaciones de emergencia– que pocas horas después de los atentados terroristas, se presentaron en “la Zona Cero” en Manhattan, para ayudar en las operaciones de rescate.

Las organizaciones voluntarias establecieron su base de operaciones en una escuela situada a tres manzanas del lugar de la catástrofe. En poco tiempo, la policía puso a los Ministros Voluntarios de Scientology a cargo de las operaciones de auxilio, ya que estos voluntarios dieron muestras evidentes de su rápida capacidad de reacción, habilidades y excelente organización.

Junto con la Cruz Roja, el centro de voluntarios proporcionó comida, bebida, máscaras protectoras y otras necesidades a los bomberos, policías, médicos y asistentes sanitarios. También proporcionaron ayuda a los encargados del rescate que hora tras hora trabajaban sin descanso entre los escombros, que ahora se extienden en el mismo lugar donde no hace mucho estaban las torres del World Trade Center.

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“Lo que estáis haciendo, vuestra misión aquí abajo, es crucial para los encargados del rescate”. — Bombero, Nueva York
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La continua y eficaz ayuda proporcionada por los Ministros Voluntarios de Scientology en el lugar del siniestro, (muy visibles gracias a sus camisetas y chaquetas amarillas), se ganó la atención y el aprecio de la policía, de los bomberos y de sus jefes, así como el reconocimiento del Alcalde de Nueva York por haber realizado una excelente labor. Tal y como dijo un policía destinado en una de las barricadas instaladas alrededor de la Zona Cero a un ministro que acababa de llegar: “¿Eres Cienciólogo? Tú sí que eres bueno” dijo, mientras le facilitaba el acceso.

“Aunque muchas organizaciones religiosas están colaborando para aliviar los daños de esta catástrofe, pocas están tan bien organizadas o son tan eficaces en el lugar de siniestro como los cienciólogos”, comentaba un artículo en el New York Times sobre los casi 800 Ministros Voluntarios que participaron en las tareas de auxilio en Nueva York. “Cuando a la mayoría de voluntarios se les pidió que abandonaran el lugar durante el fin de semana, a los cienciólogos se les permitió quedarse para que trabajaran junto a grupos como la Cruz Roja y el Ejercito de Salvación”.

“Esta gente hace milagros”

Los Ministros Voluntarios ayudaban en todas las facetas de auxilio, pero también trajeron consigo una serie de habilidades especiales para aliviar el estrés, los traumas y el pesar de todos aquellos que estaban trabajando en las labores de rescate. Los voluntarios utilizaron unas técnicas sencillas pero eficaces que forman parte de la religión de Scientology y que se conocen como “ayudas”. Sin ser un sustituto para el tratamiento médico, las ayudas tratan el aspecto espiritual de las heridas, enfermedades y el dolor emocional.

Un bombero se sintió tan aliviado después de recibir unas ayudas, que se sacó la medalla de honor que llevaba colgando y se la entregó al Ministro Voluntario diciéndole: “Lo que estáis haciendo, vuestra misión aquí abajo, es crucial para los encargados del rescate. Os merecéis esta medalla”.

Las ayudas que se entregaron incluyeron el “locacional”, que ayuda a una persona que se siente desorientada, extenuada o traumatizada, a recobrar consciencia de lo que le rodea. Algo de vital importancia durante una emergencia, ya que es entonces cuando la gente necesita estar más alerta y poder concentrarse en la labor a efectuar. Las ayudas para heridas y enfermedades, cuando se utilizan junto a los primeros auxilios y el tratamiento adecuado, pueden acelerar en gran medida el tiempo de curación. Hay otras ayudas que ayudan al individuo a superar la depresión, el miedo o el pesar que ocasiona una pérdida o una tragedia, o también ayuda a aquellos a los que les parece que el tiempo se ha detenido, después de un incidente perturbador o después de que les haya ocurrido algo terrible.

Como dijo un enfermero del Departamento de Policía de Nueva York que mandaba a la gente que necesitaba ayuda hacia los Ministros Voluntarios: “Esa gente hace milagros.”

Espíritu de ayuda

A muchos otros voluntarios, incluyendo asistentes sociales, psicólogos y religiosos, se les enseñó la técnica de las ayudas y la utilizaron en el lugar del desastre, y según las personas que recibieron las ayudas, los resultados fueron muy positivos y les ayudaron a seguir adelante.

Por todas partes había Ministros Voluntarios, dando ayudas, hablando, escuchando calmando y distrayendo a la gente del horror de la tragedia. Proporcionaron apoyo y socorro las veinticuatro horas del día, ayudando a que cientos de bomberos, policías, autoridades y rescatadores cansados pero resueltos, recuperaran las energías a pesar de haber trabajado sin parar día y noche.

Fue, sin embargo, el trabajo de todos los presentes –el espíritu de equipo, camaradería y compasión que invadió el lugar de la catástrofe– lo que ayudó a que el rescate y las labores de auxilio siguieran adelante, alentando a los trabajadores y voluntarios a estar por encima de tanta devastación.

Tal y como lo describió un Ministro Voluntario y piloto de una línea aérea comercial que ayudó en las tareas de auxilio en la Zona Cero: “Estoy siendo testigo y experimentando muy de cerca el increíble poder que se genera cuando se congregan grupos tan eficaces, cuando se reúnen con un objetivo común. Me doy cuenta de que este es un momento muy especial que nunca podré olvidar”.

Ayuda internacional y en Washington

El Alcalde de Nueva York, Rudolph Gulliani, agradece la ayuda de los Ministros Voluntarios de Scientology en el lugar del World Trade Center.

Los Ministros Voluntarios también acudieron a Washington, D.C., y fueron al Pentágono situado justo a las afueras de la ciudad, donde los terroristas suicidas atestaron el tercer golpe. Junto con los trabajadores de la Cruz Roja y los voluntarios del Ejercito de Salvación y otras organizaciones religiosas, los Ministros Voluntarios proporcionaron alimentos, ropas y ayuda espiritual durante muchas noches a aquellos que participaron en las operaciones de recuperación y rescate.

El cuerpo de Ministros Voluntarios ha trabajado durante muchos años, codo con codo con otras agencias dedicadas al auxilio en caso de grandes catástrofes. Ha colaborado también con los servicios de urgencia de distintos gobiernos y con servicios médicos de todo el mundo. Han acudido en ayuda de miles de personas después de los devastadores terremotos de Sakhalin, Los Ángeles, México, Colombia y Japón; después de huracanes en Estados Unidos, Puerto Rico y Nicaragua; y en el maremoto de Papúa, en Nueva Guinea. Han ayudado también en desastres causados por el hombre, como el atentado que sufrió un edificio del gobierno de los Estados Unidos en 1995 en Oklahoma. También prestaron su ayuda en las regiones de Kosovo y Chechenia, arrasadas por la guerra.

Sin embargo, los Ministros Voluntarios que ya habían participado en una o varias de estas operaciones de ayuda y rescate, están de acuerdo en que ninguno de los desastres anteriores se puede comparar con el nivel de destrucción que han presenciado como resultado de los ataques terroristas contra América, el 11 de septiembre.

Pero los Ministros Voluntarios han respondido, y seguirán respondiendo a las llamadas de auxilio, utilizando la eficaz técnica de las ayudas. Las ayudas, que son muy fáciles de aprender, fueron desarrolladas por el fundador de Scientology L. Ronald Hubbard, y gente de todas las profesiones, razas y clase social las utilizan con éxito.

Pablo Fluxá, Director de Asuntos Sociales de la Iglesia de Scientology en Madrid, afirma que el entrenamiento para aprender las técnicas que utilizan los Ministros Voluntarios, es un servicio que está disponible para todo aquel que quiera ayudar a los demás. Y añadió: “Invitamos y animamos a todo el mundo a que se entrenen y se hagan Ministros Voluntarios”.

Para saber más sobre cómo hacerse Ministro Voluntario, o para obtener más información, póngase en contacto al teléfono: 91 523 01 48

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